La transformación digital está grabada a fuego en la lista de buenos propósitos de los marketeros, pero le cuesta aún mucho zafarse de la oquedad de las palabras para refugiarse en la contundencia de los hechos.
Aunque los CMOs son más que conscientes de la relevancia de la amalgama de marketing y tecnología, muchos andan a la busca de una estrategia adecuada en este ámbito de actividad. Y eso que la inversión en «martech» está a abocada a acelerarse en los próximos años. Según un reciente estudio emprendido en Alemania, Austria y Suiza por Marketing Tech Lab, la inversión engullida por la tecnología en el gasto global en marketing escalará hasta el 20% en el transcurso de los próximos tres años (cuando actualmente oscila entre el 6% y el 8%).
Del informe de Marketing Tech Lab parece inferirse que en lo que a la transformación digital se refiere los marketeros dan cuenta de más evolución (lastrada más bien por la lentitud) que de revolución. Y es la digitalización se les hace a muchos extraordinariamente difícil de digerir (en gran medida por la escasez de recursos).
Muchas ganas de transformación digital y poca consistencia en su implementación
Si bien tres cuartas partes de los marketeros consultados tienen muy en mente la transformación digital, solo el 11% puede jactarse de cierto grado de consistencia en su aplicación. No en vano, el 55% de los marketeros no tiene aún parámetros e indicadores claros a este respecto.
Por otra parte, si bien el 65% de los marketeros dice conocer a la perfección las fuentes de datos utilizadas por su compañía, el 35% está aún en fase de búsqueda de tales fuentes de datos. Además, apenas el 20% de los marketeros se tildan a sí mismos de «data-ready».
Así y todo, parece que la transformación digital despegará en los próximos meses en el seno de las empresas gracias al auge de la omnicanalidad, que fuerza a los marketeros a comunicarse sin fisuras y en tiempo real con el cliente en todos los canales a su disposición y favorece la fusión de la inversión en marketing y tecnología.
¿El problema? Que la inversión en «martech» es aún bastante baja en buena parte de las empresas. Dos terceras partes de los marketeros se lamentan de la parquedad de los presupuestos que manejan para hacer frente a los desafíos que se ciernen ya en el horizonte. De todos modos, «el presupuesto más grande no sirve de nada si no va acompañado de una visión», advierte Kerstin Pape, managing director de Marketing Tech Lab.